En enero de 2025, António Guterres, el Secretario General de las Naciones Unidas, expuso ante la Asamblea General las prioridades de la organización para el año actual, resaltando cuatro grandes desafíos que afronta la humanidad: conflictos armados, desigualdades sociales, crisis climática y gestión de tecnologías emergentes. Estos asuntos, metafóricamente comparados con las calamidades liberadas de la caja de Pandora, exigen medidas firmes y coordinadas para asegurar un porvenir seguro y sostenible para todos.
Estabilidad global y conflictos
La situación en Oriente Medio fue destacada como una región en transformación, con resultados aún inciertos. Se subrayó la urgencia de avanzar hacia una solución de dos Estados en el conflicto Israel-Palestina, alertando sobre las repercusiones de la anexión y la negación de derechos al pueblo palestino. En Gaza, los avances en las conversaciones para un cese al fuego y la liberación de rehenes fueron vistos como signos prometedores. También se mencionó el potencial de Siria para emerger como un ejemplo de convivencia inclusiva tras años de conflicto, y la elección de un presidente en Líbano como un avance hacia la estabilidad institucional.
La situación en Oriente Medio fue señalada como una región en proceso de transformación, con desenlaces aún inciertos. Se enfatizó la necesidad de avanzar hacia una solución de dos Estados en el conflicto entre Israel y Palestina, advirtiendo sobre las consecuencias de la anexión y la negación de derechos al pueblo palestino. En Gaza, los progresos en las negociaciones para un alto el fuego y la liberación de rehenes fueron considerados signos alentadores. Asimismo, se destacó la oportunidad de Siria para convertirse en un modelo de convivencia inclusiva tras años de conflicto, y la elección de un presidente en Líbano como un paso hacia la estabilidad institucional.
Sistemas económicos y desigualdades
Desigualdades y sistemas económicos
Responsabilidad ante la crisis climática
En cuanto a la crisis climática, se criticó a la industria de los combustibles fósiles por obtener grandes beneficios mientras su actividad provoca daños severos en el planeta. Se subrayó que las comunidades más vulnerables, que menos han contribuido al problema, son las que sufren las consecuencias de esta devastación. Se reiteró la importancia de que las emisiones globales lleguen a su punto máximo este año para limitar el calentamiento global a 1,5 grados Celsius. Además, se instó a los países desarrollados a cumplir su compromiso de duplicar la financiación para la adaptación climática y a acelerar una transición justa hacia energías limpias.
Gobernanza y tecnología
En referencia a la revolución tecnológica, se destacó la importancia de asegurar que la inteligencia artificial (IA) beneficie a toda la humanidad y no solo a unos pocos privilegiados. Se propuso la creación de un Panel Científico Internacional Independiente y un Diálogo Mundial sobre la gobernanza de la IA, colaborando con diversos países para establecer marcos éticos y normativos que guíen el desarrollo y uso de estas tecnologías.
En cuanto a la revolución tecnológica, se subrayó la importancia de garantizar que la inteligencia artificial (IA) beneficie a toda la humanidad y no solo a unos pocos privilegiados. Se propuso la creación de un Panel Científico Internacional Independiente y un Diálogo Mundial sobre la gobernanza de la IA, trabajando en conjunto con diversos países para establecer marcos éticos y normativos que orienten el desarrollo y uso de estas tecnologías.
Llamado a la acción
A pesar de los desafíos mencionados, se expresó optimismo al afirmar que existen planes y soluciones para abordar estos problemas. Se hizo un llamado a los Estados miembros a actuar con decisión y poner en marcha las estrategias necesarias para enfrentar los males contemporáneos, transformando las amenazas en oportunidades para un desarrollo sostenible y equitativo.
Inestabilidad mundial y conflictos
La situación en Oriente Medio fue señalada como una región en transformación, con resultados aún inciertos. Se enfatizó la necesidad de avanzar hacia una solución de dos Estados en el conflicto entre Israel y Palestina, advirtiendo sobre las consecuencias de la anexión y la negación de derechos al pueblo palestino. En Gaza, los progresos en las negociaciones para un alto el fuego y la liberación de rehenes fueron considerados signos alentadores. Asimismo, se destacó la oportunidad de Siria para convertirse en un modelo de convivencia inclusiva tras años de conflicto, y la elección de un presidente en Líbano como un paso hacia la estabilidad institucional.
Además de en Oriente Medio, se hizo un llamado a abordar crisis en regiones como Ucrania, Sudán, Haití y Yemen, subrayando la importancia de la prevención y resolución de conflictos, y la inclusión significativa de las mujeres en los procesos de paz y decisiones políticas.
Sistemas económicos y desigualdades
Las desigualdades globales fueron descritas como síntomas de fallos profundos en los sistemas sociales, económicos y financieros. Se resaltó la urgencia de incrementar la financiación para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, enfocándose en áreas críticas como la erradicación de la pobreza, seguridad alimentaria, educación, protección social, acceso a la sanidad universal y la lucha contra el cambio climático. Para ello, se instó a fortalecer la capacidad de préstamo de los bancos multilaterales de desarrollo, asegurando que los recursos lleguen a los países más vulnerables, más allá de indicadores como el PIB per cápita.
Responsabilidad ante la crisis climática
En relación con la crisis climática, se criticó a la industria de los combustibles fósiles por obtener grandes beneficios mientras su actividad causa estragos en el planeta. Se enfatizó que las comunidades más vulnerables, que menos han contribuido al problema, son las que pagan el precio de esta devastación. Se reiteró la necesidad de que las emisiones globales alcancen su punto máximo este año para limitar el calentamiento global a 1,5 grados Celsius. Además, se instó a los países desarrollados a cumplir con su compromiso de duplicar la financiación para la adaptación climática y acelerar una transición justa hacia energías limpias.
Gobernanza y tecnología
En cuanto a la revolución tecnológica, se subrayó la importancia de garantizar que la inteligencia artificial (IA) beneficie a toda la humanidad y no solo a unos pocos privilegiados. Se propuso la creación de un Panel Científico Internacional Independiente y un Diálogo Mundial sobre la gobernanza de la IA, trabajando en conjunto con diversos países para establecer marcos éticos y normativos que orienten el desarrollo y uso de estas tecnologías.
Convocatoria a la acción
En enero de 2025, António Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas, presentó ante la Asamblea General las prioridades de la organización para el año en curso, destacando cuatro desafíos principales que enfrenta la humanidad: conflictos armados, desigualdades sociales, crisis climática y el manejo de tecnologías emergentes. Estos temas, metafóricamente comparados con los males liberados de la caja de Pandora, exigen acciones decididas y coordinadas para asegurar un futuro sostenible y seguro para todos.
Estabilidad global y conflictos
La situación en Oriente Medio fue señalada como una región en proceso de transformación, con desenlaces aún inciertos. Se enfatizó la necesidad de avanzar hacia una solución de dos Estados en el conflicto entre Israel y Palestina, advirtiendo sobre las consecuencias de la anexión y la negación de derechos al pueblo palestino. En Gaza, los progresos en las negociaciones para un alto el fuego y la liberación de rehenes fueron considerados signos alentadores. Además, se destacó la oportunidad de Siria para convertirse en un modelo de convivencia inclusiva tras años de conflicto, y la elección de un presidente en Líbano como un paso hacia la estabilidad institucional.
Más allá de Oriente Medio, se hizo un llamado a atender crisis en regiones como Ucrania, Sudán, Haití y Yemen, destacando la relevancia de prevenir y resolver conflictos, además de la inclusión significativa de las mujeres en los procesos de paz y decisiones políticas.
Sistemas económicos y desigualdades
Las desigualdades globales fueron descritas como reflejo de fallos profundos en los sistemas sociales, económicos y financieros. Se resaltó la urgencia de incrementar la financiación para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, enfocándose en áreas críticas como la erradicación de la pobreza, seguridad alimentaria, educación, protección social, acceso a la sanidad universal y la lucha contra el cambio climático. Para ello, se instó a fortalecer la capacidad de préstamo de los bancos multilaterales de desarrollo, asegurando que los recursos lleguen a los países más vulnerables, superando indicadores como el PIB per cápita.
Responsabilidad y crisis climática
En cuanto a la crisis climática, se señaló a la industria de los combustibles fósiles por obtener grandes ganancias mientras sus actividades causan daños al planeta. Se enfatizó que las comunidades más desfavorecidas, que menos han contribuido al problema, son las que sufren las consecuencias de esta destrucción. Se reiteró la urgencia de lograr que las emisiones globales alcancen su máximo este año para mantener el calentamiento global por debajo de 1,5 grados Celsius. Además, se alentó a los países desarrollados a cumplir su promesa de duplicar la financiación para la adaptación climática y a acelerar una transición justa hacia energías limpias.
Gobernanza y tecnología
En cuanto a la revolución tecnológica, se subrayó la importancia de garantizar que la inteligencia artificial (IA) beneficie a toda la humanidad y no solo a unos pocos privilegiados. Se sugirió formar un Panel Científico Internacional Independiente y un Diálogo Global sobre la gobernanza de la IA, colaborando con diferentes países para desarrollar marcos éticos y normativos que guíen el uso y desarrollo de estas tecnologías.